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Coronavirus: Los cuatro puntos del éxito de Corea del Sur para combatir el virus

Se encuentra a poco más de mil kilómetros de Wuhan, el epicentro de la pandemia, y es el cuarto país con mayor cantidad de casos. Sin embargo, murió menos del 1% de los pacientes.

INTERNACIONALES 13 de marzo de 2020 Vientos Tucumanos Noticias Vientos Tucumanos Noticias
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1. Aprendió la lección del MERS

En la historia reciente de Corea del Sur hay otra epidemia de coronavirus, en la que el país hizo muchas cosas mal. El 20 de mayo de 2015, un hombre de 68 años proveniente de un país de Medio Oriente fue diagnosticado con MERS (sigla en inglés del Síndrome Respiratorio de Medio Oriente), causado por el virus conocido como MERS-CoV.

Ese caso dio lugar al mayor brote de la enfermedad fuera de la región en la que se originó, con 186 infectados, de los cuales murieron 36. La tasa de mortalidad fue de casi 20%, 20 veces superior a la del coronavirus actual.

La respuesta inicial en ese caso fue lenta. Para agravar el problema, el Ministerio de Salud y Bienestar retuvo información en un primer momento, con la excusa de no generar alarma en la población. Como consecuencia, cientos de hospitales y de autoridades locales empezaron a recibir casos en la más absoluta oscuridad, lo que afectó seriamente su capacidad de reacción.

Por otro lado, los pacientes no fueron aislados correctamente, lo que resultó en varios episodios de transmisión intra e interhospitalaria, algo que debe evitarse por todos los medios. Adicionalmente, solo se determinó la cuarentena para el círculo más cercano de cada infectado, sin preocuparse por ver con qué otras personas había tenido contacto antes de ser internado.

El Gobierno fue muy criticado por el tratamiento del brote. Cinco años después, está claro que aprendió de sus errores.

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2. Una respuesta rápida, con abundancia de tests

Si algo evidenció el estallido de COVID-19 en China son los devastadores efectos de no actuar a tiempo y dejar que avance el contagio sin hacer nada. Corea del Sur ya estaba prevenida e hizo lo contrario.

El puntal de la estrategia de contención fue desplegar un amplio y veloz dispositivo de detección temprana, distribuyendo en clínicas y hospitales de todo el país las herramientas para hacer tests gratuitos en personas con síntomas o con una simple prescripción médica. Hasta se dispuso de cabinas especiales, que permiten a los conductores realizarse pruebas sin bajarse del auto. Se realizan hasta 15.000 tests por día y ya se hicieron más 200.000 desde que comenzó el brote, mucho más que en cualquier otro lugar fuera de China.

“Creo que la tasa de mortalidad es baja en Corea porque se han hecho muchas pruebas y se han encontrado muchos casos leves. En la mayoría de los países, los tests se limitan a los más graves, por lo que la mortalidad es mayor. Corea ha tenido éxito en la identificación rápida de infectados y en su posterior aislamiento para prevenir la transmisión”, explicó Benjamin Cowling, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Hong Kong.

Es cierto que el presidente Moon Jae-In fue cuestionado por minimizar el problema el 13 de febrero, cuando había solo 28 casos confirmados. Entonces dijo que la epidemia iba a “desaparecer en poco tiempo”. Pero el sistema por debajo suyo ya estaba preparado para actuar. De hecho, a diferencia de lo que había ocurrido con el MERS en 2015, el Ministerio de Salud comparte toda la información que tiene a disposición y publica todos los días un detallado balance de los casos nuevos.

El propio Moon cambió radicalmente de actitud. Esta semana, incluso luego de que empezara a verificarse una tendencia a la baja en la cantidad de infectados, sostuvo que era muy pronto para ser optimistas y que había que continuar alerta.

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3. Un sistema de salud universal y eficiente

Por más que el Gobierno tenga un buen plan de contención y sepa lo que hay que hacer, sin un buen sistema sanitario de base, difícilmente pueda combatir una epidemia de estas características. Si tan pocas personas sufrieron complicaciones severas por el coronavirus en Corea del Sur es también porque tiene una sanidad de primer nivel.

Es una de las razones por las que es un país con una elevada calidad de vida sin ser demasiado rico: su PIB per cápita a precios constantes es de 26.761 dólares, muy lejos, por ejemplo, de su vecino Japón, que está en 48.919 dólares, o de Singapur, que está en 58.247. Sin embargo, tiene un Índice de Desarrollo Humano de 0,906 (22º a nivel global) y una expectativa de vida de 83 años (7ª más alta).

Una de las claves del sistema coreano es la virtuosa articulación entre el sector público y el privado. Desde 1989 la cobertura es universal. El 97% de la población paga el Seguro Nacional de Salud y el 3% de menores ingresos es beneficiaria de un programa de ayuda, financiado a través de impuestos. Pero a pesar de que hay un solo asegurador, que es público, la mayoría de los prestadores son clínicas y hospitales privados, y los ciudadanos tienen la libertad de decidir dónde atenderse.

Como el sistema es centralizado, en la medida en que hay un solo seguro, el Ministerio de Salud tiene acceso a información médica de toda la población y tiene facultades para ejercer un rol de coordinación. Eso fue muy importante para que la respuesta al coronavirus fuera rápida y eficaz.

El equipamiento de muchos establecimientos también fue decisivo. Los pacientes más delicados, detectados de manera temprana, fueron internados en salas con presión negativa, que evitan que el aire potencialmente contaminado salga al exterior.
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4. Confianza en las autoridades

El abordaje coreano a la crisis es, en muchos aspectos, opuesto al chino. En vez de imponer medidas draconianas, como el bloqueo total de ciudades, duras restricciones al desplazamiento de personas y apelar a la fuerza como amenaza contra los que no cumplen con las disposiciones oficiales, Corea del Sur prefirió persuadir a sus ciudadanos de actuar con precaución. Y los resultados fueron más que aceptables.

La condición indispensable para que las personas sigan por decisión propia las recomendaciones oficiales, cumplan las cuarentenas y restrinjan sus actividades es que tengan un mínimo de confianza en las autoridades. Algo que el Estado coreano consiguió siendo medianamente eficiente y transparente al momento de informar lo que está sucediendo con el coronavirus.

Claro que también se tomaron decisiones controversiales. El ejemplo más claro es el control a través de GPS de los pacientes ambulatorios, lo que permitió crear un mapa en tiempo real para comprobar que cumplan con la cuarentena. Pero la mayoría de las personas consideran que es un costo necesario para minimizar la propagación de la enfermedad. (Infobae)
 

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