“De los 29 congresales 11 eran sacerdotes, no reconocer que nuestra patria tiene un fundamento ligado a los valores cristianos es desconocer quiénes somos desde el inicio”

Homilía en este 9 de Julio de Mons. José Antonio Díaz:  

La grandeza siempre se construye desde la humildad, no desde el poder imponerme sobre el otro, sino desde la humildad para reconocer que necesitamos del otro. Y lo que hemos escuchado en el Evangelio tiene que ver con esto. Te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños. 

Esto me remonta a uno de los pilares fundamentales que tiene la construcción de la propia identidad como personas, como nación, como patria. Los argentinos tenemos mala fama en cuanto a esto, porque siempre aparecemos, sobre todo para el extranjero, siempre aparecemos como orgullosos, como soberbios, como que las sabemos todas, etcétera. Y esa costumbre o mala costumbre que tenemos de aparecer de esa manera, proviene tal vez de una auto-percepción agrandada, como decimos nosotros normalmente, y nos perdemos lo más importante que es reconocer la verdad, lo que verdaderamente somos. Y quizás eso nos lleve a cometer muchos errores y a repetir siempre más o menos los mismos errores y a terminar siempre más o menos de la misma manera. 

 

El intendente Alejandro Molinuevo participo del Solemne Tedeum en la Iglesia Catedral de Concepción

Y en la historia de nuestra patria Esto se ve claramente, las dificultades que tenemos para aceptar que necesitamos del otro y no buscar imponernos sobre el otro, hace que muchas veces nos olvidemos que no se puede construir la patria sin el encuentro, sin el diálogo, sin la tarea mancomunada, etcétera. La humildad tiene que estar en el basamento mismo de la construcción de la patria y de la vida en libertad. Si la libertad va a ser predominar sobre los demás, entonces siempre estaremos repitiendo los mismos errores. Cíclicamente, siempre estaremos volviendo a las mismas prácticas que no nos dejan crecer. 

Ser libres es un desafío que integra la búsqueda de la verdad, la búsqueda del bien y sobre todo que nos lleva hacia el encuentro con el otro porque no podemos ser libres sin un contexto de comunión con los demás. Esto es un reconocimiento básico, la libertad está contextualizada en la vivencia y en la vida de un pueblo y es el pueblo el que tiene que ser libre, no es la libertad individual separada del pueblo la que nos va a devolver la grandeza. La grandeza proviene de la libertad de un pueblo que se autodetermina, que toma decisiones, pero que vive sobre todo en la honestidad, en la verdad. 

hoy se prefiere hablar de la posverdad. Y la posverdad significa que ya hemos superado el anhelo de buscar la verdad y con eso tergiversamos hasta la naturaleza misma del ser humano. El desconocimiento de nuestra historia y de nuestra identidad hace que nos enamoremos fácilmente de nuevas maneras de pensar y de ser, olvidándonos de quienes somos.

El saludo entre el Obispo José Antonio Díaz y el Intendente Alejandro Molinuevo  en el inicio del Tedeum 

Y no por agrandarme porque soy cura o porque soy religioso, pero sí tengo que reconocer con orgullo que, de los 29 congresales, 11 eran sacerdotes y 11 sacerdotes que estaban representando a sus comunidades. De tal modo que no reconocer que nuestra patria tiene un fundamento institucional ligado a la propia fe y a los valores cristianos, es desconocer quiénes somos desde el inicio. Ningunear los valores cristianos, los valores humanos fundamentales que de alguna manera estuvieron en el basamento mismo de nuestra convivencia democrática, es, perdonen la expresión, ningunearnos a nosotros mismos, porque esa es nuestra identidad. Querer reemplazar esa identidad con nuevas formas, con nuevas figuras, con otra cultura, es ceder al dominio extranjero, eso también es ceder al dominio extranjero. 

El desafío por ser libres también está ligado al desafío por respetar con grandeza nuestra identidad. Por eso la invitación de Jesús, vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados que yo los voy a aliviar como escuchamos en el Evangelio, es recuperar este vínculo fundamental con Dios. Si nuestra patria se olvida de Dios, se autodestruye y deja la libertad en manos de extranjeros. Esa lucha permanente entre la carne y el espíritu que hemos escuchado en la carta de Pablo a los cristianos de Roma siempre estará vigente porque la carne lucha contra el espíritu y el espíritu contra la carne y la carne representa esclavitud, el espíritu desea y anhela libertad, no puede haber libertad auténtica e integradora sino hay espiritualidad y esa espiritualidad proviene del espíritu de Dios que nos hace libres y esa auténtica libertad la tenemos que buscar, por eso cuando discutimos acerca de cuáles son los verdaderos problemas de la Argentina, reconocemos ciertos efectos de discusiones, de grieta, de lucha, de peleas entre nosotros como lo fue en el pasado, pero nos olvidamos que para superar esas dificultades necesitamos tener acuerdos, encuentro, diálogo y esto tiene un basamento espiritual, es el espíritu el que tiene que superar las tendencias dominantes de la carne.

Monseñor José Antonio Díaz en plena homilía en el Solemne Tedeum del 9 de Julio  

Que este día en el que agradecemos a Dios, agradecemos a nuestros próceres, agradecemos a aquellos que estuvieron en el inicio de este camino, también asumamos como desafío hacer nuestro camino, no dejar que otros nos reemplacen, no dejar que barran con nuestras convicciones y nuestros principios y que podamos trabajar unidos sabiendo que en realidad es el pueblo el sujeto de esta libertad, normalmente apuntamos a la clase dirigente porque esto o aquello, pero en realidad el sujeto de esta libertad es el pueblo, es el pueblo el que tiene que ser soberano, el pueblo el que tiene que ser libre, el pueblo tiene que respetar y hacer respetar su propia identidad, sus propios valores. Sin eso, seguramente, y casi sin darnos cuenta, estaremos entregando nuestra libertad en manos de otros que están proyectando nuevos modos de dominio, nuevos modos de avance cultural sobre nuestra identidad. Que la Virgen proteja a nuestra patria.