“Los jóvenes están acostumbrándose a creer que la felicidad pasa por tener experiencias intensas y cortas”


Homilía de Mons. José Antonio Díaz:


Esta experiencia de encuentro con el Señor que cambia la vida, en la medida en que ustedes se dejen cambiar por la acción del espíritu en esa medida también van a empezar a caminar caminos de vida nueva, la felicidad, la armonía interior, la plenitud, la dicha que ustedes buscan no lo van a encontrar fuera de este contexto de encuentro con Dios, no tengan miedo de hacer un camino de santidad, un camino de vida nueva, ese resplandor del rostro de Jesús, ese resplandor de la santidad de Dios.
En el antiguo testamento Moisés cuando iba a hablar con Yahvé volvía con el rostro resplandeciente y ustedes como mujeres seguramente propio de la cultura occidental siempre van a buscar esa belleza exterior, es natural, pero no se olviden que la verdadera belleza está dentro, lo que las hace bellas no es lo que ustedes se colocan de ropa, cosméticos y demás, sino lo que ustedes pueden sacar como belleza interior, eso las dignifica y las eleva como personas y de esa manera el rostro de ustedes va a brillar no por elementos externos que se colocan sino, sobre todo por esa plenitud que trasuntan porque en ese trasuntar esa vida nueva aparece la verdadera belleza de la persona y a esto están llamadas a comunicar eso que vieron, eso que palparon, eso que experimentaron, pero no hagan vuelo corto como el vuelo de la perdiz.
Que hoy están entusiasmadas pero dentro de un ratito las cuestiones del mundo, las dificultades, los problemas van a ir como opacando esa experiencia o enfriando el corazón, hagan vuelo largo, ese levantar vuelo en el que ahora están experimentando que sea a largo plazo, yo creo que es uno de los temas a reflexionar y mucho, la cultura postmoderna es una cultura que busca disfrutes cortos, cortos e intensos.
Los jóvenes están acostumbrándose a creer que la felicidad pasa por tener experiencias intensas y cortas, segmentadas, separadas, cuando en realidad la verdadera felicidad y la verdadera dicha cuando se alcanza adquiere vuelo y cada vez más alto y es a largo plazo, anímense a llevar una vida con relaciones humanas a largo plazo, no se contenten con el corto plazismo, porque entonces tendrán gustos variados pero en realidad nunca van a estar plenas por dentro porque siempre van a estar cambiando, cambiando y probando esto, probando aquello y ya me llega una receta de vida y yo la tomo y la repito y en realidad nosotros tenemos dentro nuestro desde la oración, desde la lectura de la palabra de Dios, de la escucha, qué es lo que le dice, qué es lo que le dice el Padre a los apóstoles que estaban ahí con Jesús, este es mi hijo amado, escúchenlo y escúchenlo no sólo con ese ruido de estruendo que ellos experimentaron en ese momento sino escúchenlo por dentro, en esa interioridad rica de relación y de diálogo con Dios.
La transfiguración es un camino y es un proceso, el amor es sinónimo de esta felicidad y esta felicidad es sinónimo de este amor, no hay estado más perfecto para el ser humano que vivir entusiasmados, decían los santos en la antigüedad, vivir entusiasmados y el entusiasmo brota cuando estamos enamorados y no es el amor solamente de pareja, es cuando uno descubre un ideal, descubre un valor y consagra su vida en ese valor y en esa entrega, en ese estar enamorados es lo más parecido a estar plenamente felices, hagan la experiencia para prolongar en sus vidas esto que se pudo haber despertado durante estos días y ojalá que puedan dar muchos frutos de vida nueva tanto para ustedes como para sus familias, sus amigos y amigas y para la sociedad que necesita de ustedes, una sociedad que necesita alternativas porque nos estamos yendo hacia un pensamiento único y a esos nuevos dogmas que nos están tratando de imponer, barriendo con los valores cristianos, que este sea un día entonces de inicio, de recomenzar para que podamos vivir en esta plenitud propia del amor, de la entrega, de la armonía, de la felicidad interior.