estamos ahí como esperando lo extraordinario cuando Dios quiere y elige lo ordinario, lo de todos los días para manifestarse

Homilía completa del Obispo José Antonio Díaz, en la Capilla de San Nicolas de la Ciudad de Concepción, en el día del Patrono "San Nicolas" 

Queridos hermanos, celebrando a San Nicolás, nosotros estamos celebrando la liturgia del domingo y en este domingo la iglesia nos ofrece estos textos del Evangelio de Marcos que es continuación de lo que habíamos escuchado el domingo pasado cuando Jesús es interceptado por Jairo que le pide que vaya a curar a su hija en la casa y en el camino una mujer convencida de que con sólo tocar los flecos de su manto quedaría sanada, se adelanta hacia él, lo toca y Jesús siente que ha salido un poder muy fuerte de él y la busca.

 Esos dos milagros han sido como el preludio de esta escena en donde Jesús decide volver a su pueblo, volver al pueblo, volver al terruño, volver a encontrarse con sus amigos, con la gente conocida. Es toda una escena muy interesante porque Dios ha querido hacerse cotidiano, Dios ha querido hacerse del pueblo. El misterio de la encarnación no es algo extraordinario con luces, platillos y expresiones sonoras, rimbombantes, no, ni en palacio, ni rodeado de poder.

La Celebración Eucarística tuvo lugar sobre calle Matienzo, al frente del templo en honor a San Nicolas 

Se hizo carne en el seno de María en el silencio sutil del encuentro que tuvo María con el ángel y el Espíritu Santo que la cubre con su sombra y el misterio de la encarnación sucede en ese contexto y el Dios todopoderoso aparece humanado, aparece hecho hombre y aparece en ese contexto de cotidianidad. De hecho, él vive mucho tiempo, 30 años, vive oculto en Nazaret, vive trabajando como él, por eso lo identifican como el carpintero y por eso lo relacionan, lo vinculan con determinadas personas como José, como María, como sus parientes, etcétera.

Y en ese contexto hay como un prejuicio aparentemente de parte de la gente que dice ¿y de dónde le viene a éste esto de hablar de la manera que habla, de hacer milagros, etcétera? Porque lo vinculan con eso que es cotidiano y esto puede abrirnos una reflexión para decir Dios también y sobre todo quiere hablarnos en lo cotidiano a través de las personas más cercanas, a través de los vínculos más cercanos. ¿Y qué pasa, por qué no lo escuchamos? Porque nosotros estamos ahí como esperando lo extraordinario cuando Dios quiere y elige lo ordinario, lo de todos los días para manifestarse. Desde que sale el sol, desde que aparece un pajarito cantando, desde que alguien expresa su pensamiento o emite su opinión o abre una charla dentro del hogar, en el seno del hogar, uno puede estar con el oído atento, no sólo el oído físico sino también el oído del corazón, para saber escuchar lo que Dios tiene para decir y lo que Dios está haciendo.

En una fría tarde los devotos de San Nicolas dijeron presente en la Fiesta de su Santo Patrono 

Pero Jesús, a raíz de esto, se asombra de la falta de fe de la gente. Por eso hemos escuchado en la primera lectura, pone la iglesia este texto de Ezequiel, en donde se le advierte al profeta, yo te mando a un pueblo de corazón duro. Y la dureza de nuestro corazón muchas veces proviene de esto que decíamos, una especie de prejuicio y de querer nosotros definir cuál es la obra, el modo que Dios tiene que obrar. Entonces es como que estamos esperando algo que en realidad no va a llegar, porque la forma que Dios ha elegido es una forma distinta. Y por eso necesitamos estar atentos a la palabra de Dios también en los acontecimientos. Dios nos habla en su palabra escrita, en cada encuentro sacramental, en el hermano y también en los acontecimientos.

Por eso sería muy interesante preguntarnos a ver si nosotros no estamos equivocados en esa búsqueda del encuentro con Dios y estamos desperdiciando eso que ocurre cotidianamente y es para nosotros. Por eso dice un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa. Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo algunos pocos enfermos imponiéndoles las manos. Se asombraba por la falta de fe. San Nicolás en este sentido ha sido un hombre de lo cotidiano y ha hecho milagros muy sencillos, muy conocidos, en donde él dándose cuenta de las necesidades concretas, iba secretamente y resolvía el problema. No esperaba hacer grandes signos, sino que también podríamos decir es un santo de lo cotidiano, de lo sencillo, de lo simple.

Y, por último, resaltar esto que dice Pablo respecto de sí mismo, para que no me envanezca por la grandeza de las revelaciones. Él ha tenido grandes revelaciones, empezando por la primera en donde él descubre el resplandor de Jesús que le dice a Pablo, ¿Por qué me persigues? Hasta luego tener revelaciones privadas, y él no andaba siendo alarde de eso. Hoy si alguien tiene algo extraordinario, salen los diarios y hacen colas larguísimas para que eso extraordinario aparezca. Y andamos nosotros también buscando novedades. Y Pablo dice que un ángel de Satanás me ha clavado como un... ¿Cuál es el texto? Tengo clavada una espina en mi carne. Y le he pedido tres veces al Señor que me libre de eso y él me ha dicho, te basta mi gracia. Pero él reconoce que esa espina clavada en su carne es para que no se envanezca él por la grandeza de las revelaciones. Con lo cual está diciendo, todos tenemos la tentación de que los dones de Dios que se nos ha dado, pueden ser un motivo también para que nosotros presumamos y adquiramos como ese envanecimiento.

El Obispo José Antonio Díaz, hablo durante 11 minutos en su homilía, ante la atenta mirada de los fieles presentes  

Mira lo bueno que soy, mira cuánto bien hago. Por eso San Nicolás, cuando hacía estas expresiones de generosidad que lo han caracterizado, lo hacía siempre en silencio, buscando que nadie se enterara. Y a nosotros nos pasa al revés. Nosotros queremos hacer alarde, alarde de eso. Y cuando buscamos hacer alarde, vamos en contra de lo que el Señor nos había enseñado. Cuando vayas a rezar, escóndete en tu pieza, que nadie se entere, por tu Padre que ve en los secretos te recompensará. Cuando vas a dar limosna, que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha, para que esto sea conocido por tu Padre y tu Padre que ve en los secretos te recompensará. Y cuando vas a hacer penitencia, no andes alardeando para que te alaben, te aplaudan, mira qué bueno que soy. Ese tipo de cosas nos caracterizan a los seres humanos y Pablo dice, para que yo no me envanezca, esa espina ha sido clavada en mi carne, para recordarme lo débil que soy.

Porque Dios triunfa en medio de la debilidad, por eso dice él, cuando soy débil entonces soy fuerte. Pero ¿para qué lo dice? Para que tomemos conciencia de que en realidad somos frágiles y no podemos andar buscando aparecer como si no lo fuéramos. Y la lucha cotidiana nos tiene que ayudar para formar parte de esta tarea y este trabajo de que Dios triunfe en medio de nuestra fragilidad. Pasado mañana vamos a celebrar un día patrio, en una situación particularmente difícil, en donde nuestra patria está herida y está mostrando su mayor fragilidad. Y es bueno volver la mirada al Señor y pedir y suplicar para que el Señor con su gracia nos sostenga, nos eleve, nos haga levantar la mirada y nos haga descubrir la obra que él está queriendo realizar en medio de nosotros. Que sea una semana fructífera de oración y de trabajo comunitario, personal, familiar, para descubrir el potencial que Dios está llevando a cabo en medio de nosotros. Poniéndonos de pie vamos a expresar juntos nuestra fe.

La comunidad de San Nicolas, vivió de una manera intensa los actos religiosos en honor a su Santo Patrono