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"El desprecio por la vida parecería no tener límites en nuestra sociedad"

La Comisión de Pastoral Social de la Diócesis de Concepción, publicó un documento sobre “El individualismo a ultranza y la violencia instalada en nuestra sociedad”.

SOCIEDAD14 de junio de 2020Vientos Tucumanos NoticiasVientos Tucumanos Noticias
justicia
Fuerte documento de la  Comisión de Pastoral Social de la Diócesis de Concepción

A continuación el documento: 

La violencia generalizada nos ha llevado a maltratarnos. Nos ha conducido a vivir, desde hace ya muchos años, con una actitud del atropello, de la prepotencia, de la brutalidad, donde no se tiene en cuenta que al  otro como  hermano,  una presencia única y necesaria en la edificación de una comunidad más justa y solidaria,  porque nadie es descartable. 

El individualismo a ultranza y la violencia instalada en nuestra sociedad, como hemos visto en el caso del brutal crimen de Luis Espinosa en manos de las Fuerzas de Seguridad, o como el asesinato de Nancy Zelaya,  de Franco Yanez y  Antonia Rojas, todo esto acontecido en el transcurso de  tres  semanas en nuestro sur tucumano,  nos muestra una triste realidad: que el desprecio por la vida parecería no tener límites. Estas repetidas conductas se vuelven una mordaz alarma, que  es necesario detener para poder reconstruir vínculos sociales maduros, que nos liberen de la barbarie.

Es necesario volver a la cultura del encuentro, que tanto promueve el Papa Francisco, y a reconstruir la vigencia de los valores en nuestra sociedad. Pero el encuentro no es un valor fácil y “connatural”, exige disposición y ejercicio, voluntad firme. 

Catedral 1
Por un lado es necesario desterrar esa valoración discriminatoria de la vida de las personas cuando relativizamos el derecho a la vida mirando a su condición social o su conducta personal. 

Ante  esa actitud  volvemos a decir con fuerza lo que repetidamente dijimos en otras oportunidades: VALE TODA VIDA. 

Esperábamos que la dolorosa experiencia de la pandemia llegara a ser tomada como una oportunidad para volvernos más solidarios, para romper viejos paradigmas que nos enfrentaban y nos  enfermaban en todos los ámbitos de nuestra convivencia social. 

Los poderes públicos tienen como deber fundamental  atender al bien común de la sociedad, que se realiza plenamente cuando todos los ciudadanos están celosamente cuidados en sus derechos. Por eso esperamos de ellos,  funcionarios de los poderes del estado, actitudes y comportamientos ejemplares que devuelvan la confianza  a nuestra población. 

Es urgente la refundación de esa confianza,  y eso se logra no con meros discursos, sino con hechos claros y comprometidos por parte de los responsables de la cosa pública. .

“Sabemos que Dios nos pedirá a cada uno de nosotros: ¿Qué has hecho con tu hermano? (Gn,9-10). La globalización de la indiferencia, que ahora afecta a la vida de tantos hermanos y hermanas, nos pide que seamos artífices de una globalización de la solidaridad y de la fraternidad, que les dé esperanza y los haga reanudar con ánimo el camino, a través de los problemas de nuestro tiempo y las nuevas perspectivas que trae consigo, y que Dios pone en nuestras manos.”(Mensaje del Santo Padre Francisco para la celebración de la XLVIII Jornada Mundial de la Paz. Vaticano, 8 de diciembre de 2014)

Imploramos a Dios por las víctimas, por sus familias, y por todas las familias que de una manera u otra ven amenazada la integridad de sus vidas y sus derechos fundamentales. La Paz será posible si realmente vivimos en la justicia y en la fraternidad. 

 Comisión de Pastoral Social de la Diócesis de Concepción

                                                                           

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