la inteligencia artificial puede brindar información, pero no puede reemplazar la experiencia humana de descubrir el valor de sí mismo

Homilía para los docentes de la Diócesis:

Nosotros educamos porque tenemos esta mirada trascendente, porque miramos a largo plazo, porque no nos quedamos con un reduccionismo antropológico que nos hace pensar solamente en aspectos separados, aislados del ser humano, sino que nos hace mirar esa unidad trascendente que es el ser humano y que nos hace descubrir el valor que tiene. 

Porque la tarea adquiere una mayor profundidad y trascendencia en la medida en que uno tiene conciencia del valor de aquellos a quienes está destinada la tarea. Que no es solamente cada uno de los alumnos, sino también los mismos docentes que forman parte de la comunidad educativa y que crecen en la medida en que sirven al alumnado, a los jóvenes, a los niños. Esa mirada de fe es muy importante. Sin esa mirada probablemente seamos cortoplacistas a la hora de trabajar o simplistas a la hora de concebir la importancia de la tarea o no hagamos el esfuerzo suficiente. 

El Obispo Diaz, les hablo a los docentes de religión dando inicio al periodo lectivo 2.024 

Porque la mirada de fe nos abre el horizonte. No educamos solamente para un mejor funcionamiento de la sociedad, que es importante. Educamos sobre todo para desplegar el potencial humano que Dios nos ha dado, que está enriquecido por la misma presencia de Dios. Por eso el educador está asistido por la gracia de Dios para encontrar los caminos adecuados en los momentos oportunos. Esa mirada de fe nos hace descubrir entonces todo ese potencial humano que tiene cada uno de nosotros. De allí brota la esperanza. Y una esperanza que tiene que ver con un mundo nuevo. Descubrir que otro mundo es posible, que otra sociedad es posible, que otra patria es posible. Y que por lo tanto vale la pena esforzarnos en hacer esta tarea y en hacer este esfuerzo. 

Porque si no tuviéramos esperanza en un mundo nuevo, probablemente no valdría la pena ningún tipo de esfuerzo, sino simplemente hacer de la educación un espacio laboral en donde cada uno resuelve algún problema económico o satisface alguna aspiración o alguna apetencia personal. Pero no estamos construyendo un mundo distinto. En ese mundo distinto comienza a vivirse cada contexto educativo. Por eso la mirada es importante, pero también es muy importante la esperanza que nos hace caminar. Porque ponernos a caminar tiene que ver con esto de creer que es posible esto que anhelamos, esto que buscamos, esto que pretendemos cuando nosotros hacemos la tarea educativa. Pero el motor de transformación, tanto a nivel personal como a nivel institucional y a nivel social, sin duda que es el amor, que es la tercera virtud cardinal que tiene que ver con esto de obrar en nosotros una transformación que solamente Dios puede hacer. 

Participaron de la Eucaristía alumnos y docentes de distintos  establecimientos educativos del sur tucumano

No soy el primer educador en Dios, pero Dios nos ha puesto en un contexto de familia en donde aprendemos a amar y a descubrir el valor de la persona que solamente se descubre cuando uno ama, tanto de parte de aquella persona que ama y sirve como de aquella persona que experimenta en ser amado. Cuando uno descubre este valor del ser humano desde el amor inicia procesos de transformación que no serían posibles si no es por la gracia de Dios que nos ama. Por eso sin duda que cuando nosotros tenemos una mirada trascendente, una esperanza que nos hace caminar y un amor que nos transforma, vamos a poder ir encontrando caminos que superen lo meramente, la mera información que sólo puede dar la inteligencia artificial y que nos puede reemplazar en muchos aspectos, pero que no nos puede reemplazar en la experiencia de ser lo que somos, en la experiencia de mirar el horizonte que nosotros descubrimos desde la fe y sobre todo no nos puede dar la experiencia de ser nosotros mismos con la plenitud de las dimensiones que Dios nos ha dado.

Eso no lo puede otorgar la inteligencia artificial. Nos podrá dar muchos elementos técnicos, científicos, pero en definitiva lo que hace al desarrollo humano primordial es la experiencia de descubrir el valor de sí mismo. Muchos chicos por no encontrar ese valor pierden el sentido de la vida humana y cuando eso ocurre, ocurren cosas feas. Que cada ámbito educativo sea un espacio en donde yo pueda descubrir el valor que tiene mi vida, el valor que tengo yo como ser humano y el horizonte que se me abre a partir de allí es un acto de esperanza profunda. Por eso al inicio de este ciclo lectivo, nosotros queremos poner todo en manos de la Virgen.

El Obispo Diaz, invito a poner la tarea educativa en manos de la Virgen en el inicio del ciclo lectivo 

Hoy celebramos a María al pie de la cruz y la miramos a ella llena de dolor y lo cual no es simplemente porque queramos resaltar el dolor. Lo que uno descubre detrás del dolor y del esfuerzo y el trabajo es el amor que uno puede encontrar en ese dolor. Es el dolor de la madre que está al pie de la cruz de su hijo. Es el amor del hijo que se entrega a sí mismo y nos muestra el amor del Padre. Que esta Eucaristía sea como recordar la trascendencia que tiene toda la tarea educativa, descubrir el valor que tiene la compaginación de educar en un contexto institucional pero además también en conjunción con la familia, en conjunción con el Estado, en conjunción con la sociedad que nos presenta hoy desafíos enormes pero que necesitamos afrontar con racionalidad, pero sobre todo con sentido trascendente desde la fe. Que la Virgen nos acompañe en esta tarea