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"En la vejez no me abandones” Es crucial no estigmatizar a los pobres y ancianos, debemos brindarles cariño y cercanía

La Iglesia celebró este domingo la IV Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores, bajo el lema "En la vejez no me abandones”. Monseñor José Antonio Díaz, aseguro que es importante acercarse a las personas necesitadas y ayudarles a descubrir su potencial y dignidad.

RELIGION 28 de julio de 2024 Vientos Tucumanos Noticias Vientos Tucumanos Noticias
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. La confianza en la providencia y la generosidad son clave para multiplicar la alegría y la esperanza en la sociedad.

Homilía del Obispo de la Diócesis de la Santísima Concepción, José Antonio Díaz, en la Iglesia Catedral en Concepción. 

Seguramente han tenido la experiencia alguna vez de que les parecía que de pronto no iba a alcanzar la comida para todos porque había más comensales de lo previsto y sin embargo después se dieron cuenta que sobró, porque en el compartir uno no cuenta con determinados elementos que después aparecen providencialmente.

Los cálculos nos fallan muchas veces, las matemáticas nos fallan, lo que no falla es la generosidad, por eso en la primera lectura el profeta le dice a su servidor vos andá y entregalo porque el servidor le decía no va a alcanzar, son muchas personas y el profeta le dice andá y entregalo y cuando uno hace la experiencia de ir y entregar se da cuenta que sí alcanza y esto tiene que ver con esta experiencia que tuvieron los apóstoles y toda la gente cuando Jesús los pone a prueba diciéndoles qué le vamos a dar de comer, de dónde vamos a sacar pan para darles de comer a tanta gente y ellos dicen no va a alcanzar sin embargo aparece de pronto un niño que tiene pan, tiene pescado y se acerca y él le dice tráiganlo y comienza a repartirlo.

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Quienes estuvieron ahí seguramente no se dieron cuenta pero lo que iba repartiendo el señor alcanzó para todos y sobró, cuando uno tiene experiencia de la generosidad tiene esta experiencia de la abundancia pero tiene que ser una generosidad compartida no individualista, no como diciendo yo los voy a bancar a todos, porque yo tengo y los otros no tienen el ideal de sociedad no es el de aquellos que tienen mucho y que les sobra y les dan de comer a los que no tienen nada, el ideal de sociedad cristiana tiene que ver con esto de compartir los que más tienen compartirán un poco más que los que menos tienen, pero el paradigma es el compartir, para eso tiene que haber como un camino de encuentro por eso las primeras comunidades cristianas vivían la generosidad y a nadie le faltaba absolutamente nada y no eran comunidades comunistas, en ese tiempo no existía el comunismo pero si existía la generosidad si existía esto de que tenían comunidades pequeñas que esa es otra clave ellos no tenían el volumen de cristianos que tenemos hoy, en ese tiempo eran comunidades pequeñas y se cuidaban entre ellos, se acompañaban se preguntaban cómo estaban, qué te hacía falta y nadie pasaba necesidad.

La clave de la generosidad es para nosotros una propuesta superadora a eso que por ahí no le encontramos la vuelta como sociedad en Argentina y en muchas partes del mundo siempre queremos resolver el problema como si eso dependiera solamente de un sistema, de algunos genios que encontraron la clave y resolvieron el problema y siempre estamos volviendo más o menos sobre lo mismo, nuestra propuesta como cristianos es abordar la necesidad del otro desde la cercanía, desde la solidaridad desde el ayudarnos entre nosotros involucrando incluso a aquellos a quienes consideramos destinatarios de nuestra generosidad pero que también tienen que ser partícipes, que a veces de alguna manera marcamos al pobre diciendo él no puede hacer nada entonces hay que darle todo y no es así porque en realidad toda persona sea pobre, sea rica, sea fuerte o sea débil, toda persona necesita formar parte y necesita participar para dignificarse.

Porque en esto de encontrar un poco de comida para que coman hay personas que no llegan a fin de mes y hay otras que no tienen más que para una comida al día, identificar a las personas que están pasando necesidad en este momento forma parte de la solución del problema pero después viene lo otro, viene el modo como yo voy a ayudar para que la otra persona no quede más estigmatizada todavía en su pobreza sino que sienta que puede arrancar con lo poco que podemos compartir, nosotros adoptamos fácilmente actitudes paternalistas y ya querríamos solucionarle el problema al otro porque el otro no puede no, hay que partir de si puede porque tiene con qué, nada más que todavía no lo ha descubierto, ayudar a que la otra persona descubra su potencial y descubra que a partir de esos pocos panes y pocos peces Dios puede ir ayudándolo a multiplicar su desarrollo humano, su creatividad su iniciativa, etc.

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Va a hacer que esa persona alcance niveles de dignidad mayor que simplemente estar esperando que alguien le solucione el problema, esto tiene que ver también con esto los pocos panes y peces que podemos usar en relación con las personas que son más vulnerables que están en los extremos de la existencia humana, los niños y los ancianos, los adultos mayores, los abuelos que hoy en día bajo el paradigma tecnocrático están más bien puestos al costado del camino y se les ha hecho creer que ellos no pueden, que no tienen, que no les da la capacidad para hacer nada entonces tienen que esperarlo todo y muchos abuelos en la casa son olvidados y si no son olvidados en otro lado y todo eso tiene que ver con la falta de un alimento que se llama el cariño, la ternura, la cercanía, el amor, el hacerles sentir que la otra persona es importante y que no les cuesta mucho hacerlo y no lo hacemos simplemente porque nos hemos olvidado, porque estamos enfocados en lo que nosotros tenemos que producir y lo que es improductivo tiene que quedar al lado.

Las sociedades antiguas valoraban mucho al anciano, porque valoraban la experiencia y la sabiduría, cuando la técnica pasó a formar parte de la herramienta fundamental de transformación porque se enfocó la economía, entonces fue que nos olvidamos que el ser humano no vive solamente de la técnica sino que vive también de otros valores y esos valores los tienen nuestros abuelos, nada más que no los escuchamos no nos tomamos el tiempo como para preguntarle a ver abuelo contame una anécdota, antes los abuelos contaban muchas cosas por sus experiencias y era una fiesta poder juntarnos en torno al abuelo o a la abuela para que nos cuente historias, por lo menos anécdotas de la vida familiar que hacen a la identidad y al crecimiento de la familia porque solamente en ese contexto familiar es que uno entiende el sentido del cariño, del afecto y del estímulo que necesitan los otros por eso en este día le pidamos al señor en primer lugar tener una gran confianza en la providencia, no desesperarnos por lo poco que tenemos sino animarnos a compartir eso poco y vamos a ver como se multiplica, se multiplica la alegría, se multiplica la esperanza se abre el horizonte y eso que podía ser como una amenaza se convierte en una oportunidad. Que el señor nos ayude, la Santísima Virgen nos acompañe para que nuestra generosidad haga que el pan alcance a todos.

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