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"Una persona sufriendo es lo único que tiene que motivar mi entrega y servicio"

La homilía de Mons. José Melitón Chávez, Obispo de la Diócesis de la Santísima Concepción, en la misa de precepto de este domingo 26 de abril.

RELIGION 26 de abril de 2020Vientos Tucumanos NoticiasVientos Tucumanos Noticias
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El Obispo durante la homilía de la Misa Dominical, transmitida por los medios de comunicación.

Homilía de Mons. José Melitón Chávez

En esta circunstancia tan especial que nos toca compartir con toda la Iglesia y todo el mundo, nada nos detiene para celebrar la fe, buscamos este medio para estar cerca. 

Nosotros vivimos esto desde la Fe. El Señor ha resucitado, es lo único que tenemos para darle al mundo. Esto es lo que la Iglesia tiene, a Jesucristo, vivo, resucitado, que se acerca y camina con nosotros. No tiene solamente ideas y doctrinas; normas para darle al mundo; no tiene solamente ritos, tiene una persona, que es Nuestro Señor Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, que se hizo hombre para morir por nuestros pecados y resucitar. Jesucristo está vivo y vive entre nosotros. 

El Señor tiene presencia real en su palabra, en la persona creyente, en la persona del pobre, en cada persona y sobretodo en nuestro corazón; el Señor está vivo, no se ha ido, está con nosotros.

Este pasaje lo hemos meditado ya, el mismo domingo de Pascuas. Cuando estos hombres (los discípulos) decepcionados, cansados, amargados, ya se volvían a su pueblo pensando que no pasaba anda; si hubiera pasado tal cosa, si hubiera ocurrido de acuerdo a nuestra expectativa y empezaban como a lamentarse de lo que ellos esperaban y no ocurrió .Muchas veces nuestra forma de abordar la historia, tanto la historia grande como nuestras historias, es así. Si pasará tal cosa seríamos así; y esperamos permanente que las cosas sucedan como nosotros queremos, como nuestros planes, e imaginamos montón de situaciones a partir de esas expectativas nuestras, pero nada de escuchar. 

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Era tanta la cerrazón de estos hombres (los discípulos), que cuando Jesús se acerca algo les impedía que sus ojos los reconocieran. Tenemos que preguntarnos: ¿Qué impide que yo reconozca a Cristo, vivo y presente, en mi vida, en mi gente, en mi familia, en mis vecinos? ¿Qué impide que yo me encuentre hoy con este Señor, que tenga la certeza más grande que todo el mundo de que él está vivo y se acerca?  ¿Qué hay en nosotros que no nos deja percibirlo? 

Era justamente lo que Jesús les reprocha después “que duro de entendimiento; que duros que están; que dura que es terquead, tu egoísmo, tu tristeza, tu cerrazón; que duro que sos como para no darte cuenta que soy yo el que van caminando a tu lado”.

El Señor retrocede los pasos que sean necesario para buscarme donde estoy, para que yo también busque a mi hermano allí donde está. No hay nada que detenga a Jesús para estar con nosotros. Nada debe detenerme a mí para estar con mi hermano. 

Hoy nos enteramos de que aquí cerca en Río Seco, a una familia muy pobre se le incendió su casa, perdieron todo. Una casa de manera y todo lo perdieron. Gracias a Dios ellos también, una familia de cinco personas. ¿Qué impide que yo no vea ahí a mis hermanos? Capaz que podamos decir “el lugar donde estaban habitando no era muy legal, digamos”, pero ¿nosotros vamos a detenernos por eso? La única carta de presentación que un ser humano puede hacerme a mí para conmoverme y para motivar mi entrega y mi servicio, es que sea una persona que sufre. 

No hay nada que detenga la presencia de Jesús en medio de nosotros.

La vida de la Iglesia no se resuelve solamente en una misa dominical; la vida de la Iglesia es la de todos los días. Yo como sacerdote, ustedes como cristianos laicos, estamos realmente siempre viviendo la Fe a través de esa presencia de Jesús que acompaña la vida del otro; que se preocupa por los demás, que da una mano y sirve. En estos días decimos “no sé cómo”. Si sabemos cómo, tenemos algunos caminos abiertos, pero tenemos que darnos mañana para ayudar a los demás, al menos rezando por los que están más solos, más viejitos. Por las personas que son más frágiles.

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