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La “doble vida” del político que representa a Salta en tacos, peluca y barba con brillos

Hace un año, Sebastián Simón fue designado Director General de su área, lo que lo convirtió en un funcionario público de alto rango; también es drag queen, lo que significa que se “monta” con maquillaje, pestañas postizas, gibré, corset y rellenos, incluso para ir a trabajar.

POLITICA 19 de enero de 2021 Vientos Tucumanos Noticias Vientos Tucumanos Noticias
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Imperia y Sebastián - Funcionario Público de la provincia de Salta

Sebastián Simón trabajó en la administración pública de la provincia de Salta desde que era adolescente. Arrancó como pasante, atravesó tres gobiernos provinciales y, hace un año, fue designado Director General en su área, por lo que se convirtió en “funcionario público de alto rango”. Sebastián tiene despacho, personal a cargo y una carrera política en crecimiento, sin embargo, entiende perfectamente adónde apunta la pregunta sobre “el origen”.

“Tengo recuerdos de ser un nene de 10, 12 años, sentar a mi familia en el patio de casa y hacerles el show: el show de Reina Reech. Pero con un distintivo: mi hermana era la bailarina, yo era Reina Reech”, sonríe a Infobae del otro lado de la cámara.

Fue a esa edad -plena escuela primaria en una de las provincias más conservadoras del país- que empezó a actuar representando a un personaje femenino, lo que más tarde derivó en sus años como transformista y en lo que también es hoy: porque además de funcionario público, Sebastián Simón es drag queen.

¿Qué quiere decir eso? Por un lado, que es el Director General de la Delegación Turismo de la Provincia de Salta. En criollo: es el representante del Ministerio de Turismo y Deportes de Salta en Buenos Aires, donde está su despacho. Por otro, que muchas veces representa oficialmente a la provincia no como Sebastián Simón sino como Imperia, una drag queen con tacos de 20 o 30 centímetros de alto, relleno en las caderas, uñas y pestañas postizas, peluca y barba con gibré.

simon 2“En mis 20, por ahí, descubrí el transformismo. Ya trabajaba en el gobierno”, cuenta

Es enero y, como responsable del turismo en su provincia natal, Sebastián va y viene tratando de remontar el golpe que le provocó la pendemia a una de las actividades económicas más importantes de Salta. Es en un parate, recién llegado de Cafayate, que accede a seguir hablando sobre “el origen”, aquello que tanto tiempo mantuvo oculto hasta que se animó a dar el batacazo.

“En mis 20, por ahí, descubrí el transformismo. Ya trabajaba en el gobierno”, cuenta. En aquel entonces, mientras el gobernador Juan Carlos Romero iba por su segundo mandato, Sebastián “compraba zapatos altísimos, de 20 centímetros, y me los ponía para caminar en mi casa, solo. Después empecé a inventarme vestuarios parecidos a los de los videoclips, no era solo lo femenino sino lo espectacular. Me fascinaba pero podría decir que lo hacía a escondidas, porque lo camuflaba en una fiesta de disfraces o me iba a Tucumán, donde no me conocía nadie”.

Fueron más de 10 años así, sin animarse a que nadie se enterara de esa “doble vida”. Mientras, seguía creciendo en la administración pública, ya en los mandatos de Juan Manuel Urtubey.

“Pero yo sentía que al transformismo le faltaba algo y hace cinco años descubrí lo que era ser drag queen. Podía no solamente emular una figura femenina, sutil y delicada, sino que lo podía hacer sin reglas. Podía tener tacos y barba, pestañas gigantes y nada de tetas, el pelo rapado o una peluca llena de pelo. Pero además podía ser un personaje que trascendiera, que saliera de la noche, que tuviera algo que decir”.

simonMide 1.8 mts por lo que llegaba a los 2 metros con los tacos de 20 centímetros con los que sacaba a Imperia de noche.

Creó un personaje llamado Imperia pero el temor a que obstaculizara su crecimiento profesional hizo que nadie en su ambiente laboral supiera quién estaba debajo del otro lado del corset. “La tuve dos años y medio en el closet, en el anonimato total”, cuenta. Ya era técnico en Turismo, ya lo habían ascendido al área de Promoción del ministerio y nadie sabía lo que Sebastián hacía fuera del horario de trabajo.

“¿Qué hacía? Pasaba dos horas y media, tres, montándome. Al principio me maquillaban, ahora aprendí y me maquillo solo. Para las caderas me hago ‘panchos’, que son láminas de goma espuma que te las cortás y te las moldeás a la forma de tu cuerpo. Fui probando con las pelucas, al principio cuesta, después uno se va encontrando”, detalla. Mide 1.8 mts por lo que llegaba a los 2 metros con los tacos de 20 centímetros con los que sacaba a Imperia de noche.

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