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“Eres nuestro porque has dado todo. Gracias y hasta siempre Padre Melitón, obispo y amigo”

Las palabras de despedida en nombre de los sacerdotes del clero diocesano, estuvieron a cargo del Padre Abel Peñaloza.

RELIGION 26 de mayo de 2021Vientos Tucumanos NoticiasVientos Tucumanos Noticias
Padre Abel Peñaloza
El sacerdote Abel Peñaloza fue el encargado de despedir al Obispo Melitón Chávez

Pongo en mis labios el grito emocionado del querido Padre Herrera aquel  29 de noviembre en que asumía como obispo Coadjutor.

Al Padre Melitón: "Eres nuestro,  dulce como la caña de Azúcar".

En este breve período transcurrido, deja como fruto del ingenio pastoral: la Iglesia en casa, para llegar a todos en medio de las restricciones de la pandemia. El programa sembrando Esperanza para atender a los más desfavorecidos que son invisibles y descartados para la sociedad, el abrazo materno como lucha a favor de la vida.

La transformación de la administración de las escuelas parroquiales como potencial evangelizador de los jóvenes y niños...entre tantas obras.

Para Nosotros Hermanos sacerdotes, recogemos en la siembra del Padre Melitón: la capacidad para estar cercanos entre nosotros,  Hemos mirado al obispo con gran confianza, la de reír juntos, la frescura de un  trato con afabilidad.

Pudimos soñar con una Iglesia que abraza a los pobres y desde ellos para construir el reino.

Logramos sanar y regenerar vínculos en el trabajo en equipo con la valoración de las capacidades puestas al servicio del proyecto común

 Al hacer memoria descubrimos que el Padre Melitón: nunca tuvo miedo de su fragilidad y desde ella tuvo la única seguridad la del evangelio para ser audaz en cambios y nuevas perspectivas.  Caminó junto.

Hizo el intento. Pero la convicción queda latente por qué valió la pena… Gracias por eso Padre Melitón

Hoy depositamos nuestra admiración por qué atravesado por el mal de este tiempo, viviste aguerridamente como profeta aferrado a la vida. Nos proclamarse  a Cristo desde tu lucha en la cama del hospital, nos mostraste el brazo del crucificado y en medio  nuestro vimos tu rostro de siervo sufriente que testimonia su fe a través de sus heridas.

Pero también por ti aprendimos a contemplar el otro brazo de Cristo, el de nuestro pueblo sufrido y fiel  que peregrina en el sur tucumano, que con su oración firme día y noche consolaba con el bálsamo de aceite y vino sonante  como buen samaritano.

Son sentimientos nos tienen el corazón revuelo por los sentimientos encontrados. La del dolor de la Pascua que enseña, pero la Alegría que descubre la Providencia de Dios que fortalece para llevar adelante el hilo de la historia.

ERES nuestro Padre Melitón, porque descansas aquí en el recinto de esta cátedra. Eres nuestro por que quedó grabada para siempre tu sonrisa transparente que alienta.

 Eres nuestro porque nos enseñaste a Ser portadores de Esperanza.

Eres nuestro porque has dado todo.  Gracias y hasta siempre Padre Melitón obispo y amigo

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