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¿Alguna vez has tenido una experiencia de encuentro con Dios que te ha cambiado la vida y de lo cual podrás dar ese testimonio?

El Obispo José Antonio Díaz, habló sobre la auténtica relación de filiación con Dios, que nos permite conocer a Dios a través del amor, y nos lleva a dar testimonio de él desde nuestra experiencia personal.

RELIGION 05 de mayo de 2024 Vientos Tucumanos Noticias Vientos Tucumanos Noticias
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Dios nos ha elegido como amigos y él se acerca a nosotros en ese ámbito de intimidad y de amistad.

HOMILÍA DE MONS. JOSÉ ANTONIO DÍAZ: 

Entonces él les da a conocer lo más precioso que puede darles y es el regalo de su amistad. Pero no una amistad como una experiencia de camaradería o de convivencia meramente social o simplemente de conocidos o de llevarse bien o de salidas o cosas por el estilo. Es una amistad que tiene que ver con una alianza, es la amistad que él ofrece que es un gesto de amor para con los apóstoles, los discípulos y el mundo entero. Todos estamos llamados a ser amigos de Dios porque Dios nos ha elegido como amigos y él se acerca a nosotros en ese ámbito de intimidad y de amistad con los discípulos en la última cena revelándoles ese amor que solamente él puede dar y la amistad que él ofrece es una amistad fiel, una amistad que tiene que ver con el cumplimiento de la alianza, de la nueva y eterna alianza que es el entregar y el dar la vida por los amigos.

Y allí expresa claramente que la amistad, si quieren ser mis amigos, mis discípulos ámense los unos a los otros como yo los he amado. La medida que pone del amor no es nuestra medida sino la medida de él como yo los he amado. Y en ese amor recíproco está el cumplimiento de los mandamientos que tiene que ver con el cumplimiento de la alianza. Amar a Dios pero no amar al hermano no es cumplir con la alianza. Es el amor a Dios y el amor a los hermanos. Amor a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. En ese diálogo, en ese contexto, les dice yo a ustedes los llamo amigos no los llamo siervos o servidores simplemente porque el servidor ignora lo que hace su señor. A ustedes los llamo amigos porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi padre. En la intimidad y en la confianza hay una confidencia, hay una cercanía y en esa amistad les regalo a quien yo amo y a quien yo quiero lo más precioso que yo tengo que es la confianza y es la confidencia.

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No es el chusmerío, no es el decir a ver yo tengo confianza con vos y te voy a contar un chisme. Se trata de dar la mejor noticia que le podamos dar al otro es que yo confío en vos y vos confías en mi y en ese intercambio de amistad se va tejiendo la fraternidad y en la fraternidad nos vamos haciendo una comunidad.

La comunidad no es la sumatoria de individuos que están uno al lado del otro sino con un vínculo comunionado, un vínculo amoroso y un vínculo de confianza. Seguramente es doloroso también porque toda experiencia de amor también tiene su lado de dolor porque la traición normalmente proviene de personas que están cerca es decir de personas que conocen, nos conocen y son personas que o pueden guardar como un tesoro la amistad o pueden traicionarla. Esto pasa dentro o en el seno de nuestras familias, de nuestras comunidades le pasó a Jesús porque uno de los apóstoles lo traicionó y en realidad casi todos, la mayoría de los apóstoles lo traicionaron porque salieron huyendo porque no estuvieron en el momento de la cruz, no estuvieron padeciendo con él. Quedó solamente Juan con María, María Magdalena y algunas otras mujeres que estaban allí al pie de la cruz y en ese gesto de fidelidad y de amor ellos mostraron que pueden perseverar en el amor hasta el fin sin importar las consecuencias. Los discípulos, los apóstoles en cambio traicionaron la amistad de Jesús porque huyeron, porque lo dejaron solo, porque lo negaron, porque lo entregaron porque lo vendieron, etc.

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Por eso ser amigo de Dios es sencillo y no tan sencillo. Ser amigos de Dios significa en primer lugar dejarnos amar por él, por eso dice el texto que el amor consiste no en que nosotros lo hayamos elegido a él sino en que él nos amó primero porque es el amor de él el que nos construye desde adentro. Pero la respuesta lo hace complejo porque nuestra respuesta muchas veces está no de acuerdo a la vara que él mismo ha puesto, amense como yo los he amado, sino según la medida que nosotros ponemos.

Nos amamos en la medida de nuestra conveniencia, no incondicionalmente. En este domingo ya cerca, el próximo domingo ya es el domingo de la ascensión lo que cuenta es que podamos nosotros experimentar la cercanía, el amor y la confianza que Dios tiene en nosotros. Cuando somos meramente esclavos todavía estamos regidos por el miedo, por el temor. En cambio, cuando hay una relación de filiación auténtica hay confianza, hay cercanía, hay intimidad y eso a nosotros como decíamos nos construye como discípulos del Señor, nos construye como comunidad. Esa experiencia del amor y la perseverancia en esa experiencia del amor es lo que hace que demos frutos. Yo los elegí a ustedes y los destiné para que vayan y den fruto y ese fruto sea duradero.

Aparece esto como una exigencia espiritual y moral dar frutos de vida nueva en segundo lugar, lo que hemos escuchado en la carta de Juan en la segunda lectura tiene que ver con esto de conocer a Dios mediante el amor es decir, el amor como una vía de conocimiento de Dios, de Dios mismo a lo largo de la historia se han elaborado desde Aristóteles luego Santo Tomás hizo una muy buena síntesis de las vías de conocimiento de la existencia de Dios yo puedo probar que Dios existe con argumentaciones racionales y con argumentaciones científicas hoy muchos científicos están en condiciones de decir que la existencia del universo es insostenible sin un factor que lo sostenga porque si no todo sería un caos algo así como si nuestro cuerpo ya no tuviera el elemento que lo anima que es su espíritu lo que mantiene en armonía al cuerpo es justamente el espíritu es lo que nos hace una unidad y lo que nos hace armónicos bueno, los físicos por ejemplo están en condiciones de dar testimonio de esa no sustentabilidad del universo sin ese factor determinante que es la presencia de aquel que lo anima, lo sostiene, lo armoniza todo pero una cosa es conocer y dar a conocer las razones de la existencia de Dios o demostración de la existencia de Dios y otra cosa es dar testimonio de quién es Dios.

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Esto solo lo puede dar la fe y el amor, la fe que me hace dar un salto que va más allá de las experiencias sensibles y el amor que me une a aquel a quien amo solo en la experiencia del amor uno puede experimentar quién es el otro y aunque es inagotable, es una realidad inabarcable por más que yo me esfuerce no logro abarcar la existencia de Dios y al otro, a mi hermano, a mi esposo, a mi esposa no se puede terminar de conocer quién es el otro porque somos un misterio pero sin duda que el camino del conocimiento de Dios y de los otros es el amor, en cambio cuando hay una relación de filiación auténtica hay confianza, hay cercanía, hay intimidad y eso a nosotros, como decíamos, nos construye como discípulos del Señor nos construye como comunidad esa experiencia del amor y la perseverancia en esa experiencia del amor es lo que hace que demos frutos yo los elegí a ustedes y los destiné para que vayan y den fruto y ese fruto sea duradero así todo lo que pidan al Padre en mi nombre, Él se los concederá el permanecer en el amor, el ser fieles al amor que Él nos brinda, la confianza que Él nos brinda se traduce en dos vías, por un lado el cumplimiento de los mandamientos y por otro lado los frutos de vida nueva en el tiempo de la Pascua.

Es lo que nos permite identificarme con el otro, me une el amor es unitivo, unitivo por sí mismo porque es una experiencia que me lleva al encuentro con el otro y a la profundización en el otro y esta definición que hace San Juan sintetiza todo el que no ama no conoce a Dios porque Dios es amor y uno allí comprende por qué el mandamiento del amor no se puede conocer a Dios, no se puede amar lo que no se conoce y no se puede conocer a Dios sin amarlo por lo tanto hay un vínculo relacional que va desde este conocimiento de la fe a la experiencia unitiva con Dios y al descubrir a Dios sólo desde esa experiencia del amor entonces estaremos en condiciones de salir y dar testimonio acerca de quién es Dios.

Los cristianos y especialmente los católicos normalmente hablamos en nombre de otros porque dice San Agustín tal cosa dice fulano, santa, santo hay un libro que es muy bueno que dice tal cosa hacemos referencias de terceros pero no hablamos de la propia experiencia, para vos quién es Dios, qué experiencia tenés de Dios alguna vez has tenido una experiencia de encuentro determinante con Dios que te ha cambiado la vida y de lo cual podrás dar ese testimonio, creo que ese es uno de los puntos faltantes en nuestra evangelización esto de personalizar, esto de decir yo puedo decirte, compartirte lo que he podido experimentar desde una experiencia interna, personal si lo hablamos en el seno de la familia, con los amigos ya la evangelización adquiere otro nivel no es un nivel de religión en un sentido amplio sino de experiencia de encuentro interpersonal con Dios cuando esto sucede entonces aquel que me escucha dice esto es auténtico, no habla en nombre de otros, habla en nombre propio esto se tiene que dar en la catequesis en la vida familiar.

En este domingo le pidamos al Señor poder dar muchos frutos de conversión y de vida nueva en este tiempo de la Pascua y que podamos nosotros hablar de Dios desde una experiencia personal para que nuestra palabra esté vinculada con ese vínculo amoroso con Él, que la Virgen nos acompañe.

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