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“La solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, nos invita a contemplar la entrega y sacrificio de Jesús, quien asumió la condición humana para mostrarnos su amor”

El obispo José Antonio Díaz, en coincidencia de la solemnidad del Sagrado Corazón, también se pronunció sobre la labor de los periodistas, quienes tienen la responsabilidad de informar de manera ponderada y reflexiva.

RELIGION 08 de junio de 2024Vientos Tucumanos NoticiasVientos Tucumanos Noticias
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Los periodistas, son quienes tienen la responsabilidad de informar de manera ponderada y reflexiva.

La Homilía:  Sagrado Corazón de Jesús y el Día del Periodista, de Monseñor José Antonio Díaz.   

Celebrando esta solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús la Iglesia nos invita a contemplar la dimensión más central de la persona de Jesús que es una persona divina pero encarnada porque quiso hacerse uno de nosotros, quiso cruzar la orilla y hacerse hombre con todo lo que eso significa y asumió nuestra condición humana, sin dejar de ser Dios asumió esta condición humana.

Esto le permitió a Él saber lo que significa vivir bajo el condicionamiento del espacio, del tiempo y de todo lo que implica la condición humana, sus pensamientos, sus sentimientos, su modo de vivir y todos los condicionamientos que el ser humano tiene en este difícil ejercicio cotidiano de tomar decisiones en la vida, pero siempre las decisiones se toman desde el corazón, desde el centro mismo de la persona. Por eso la Iglesia obedeciendo a una serie de revelaciones que a lo largo de la historia se fueron dando, pero de un modo especial en Santa María Alacoque ha querido poner una fecha, un tiempo tal como le pidió Jesús a Santa María Alacoque que en este contexto y en esta octava de Corpus Christi se celebrara la solemnidad del Sagrado Corazón.

Y cuando uno habla de los sentimientos habla de lo más precioso que uno tiene. Uno puede tener ideas muy lindas pero una persona se define por aquello que ama, por su calidad humana y eso lo dicen especialmente sus preferencias, sus sentimientos, sus emociones que es lo que mueve y conmueve a la persona. Por eso celebrando al Sagrado Corazón de Jesús lo vemos traspasado, un corazón traspasado de donde brota sangre y agua, un corazón herido, un corazón que ha sido crucificado, el amor ha sido crucificado y Él ha querido que así sea porque esa es la manera que Él tiene de decirnos cuánto nos ama.

Por eso muchas veces cuando nosotros pretendemos vivir la vida sin percances, sin dificultades, sin obstáculos, sin sacrificios, sin entrega, cometemos el error de pensar que cuando más sanitos lleguemos al final de la vida mejor hemos vivido y no es así. El que mejor ha vivido es aquel que tiene un corazón lleno de heridas, lleno de cicatrices, un corazón sacrificado, un corazón valiente, un corazón entregado, un corazón que ha sangrado y ese corazón herido, atravesado como el de Jesús es un corazón que habla por sí solo porque fue un corazón comprometido, porque fue un corazón entregado.

Por eso el Señor nos invita a mirar sus sentimientos, nos invita a cargar con su yugo y a aprender de Él que es manso y humilde de corazón. Educar el corazón de un ser humano es mostrar el ideal más alto que Jesús nos mostró, que es dar la vida por sus amigos, por aquellos por quienes Él entregó su vida. Por eso es tan noble considerar el valor de una persona cuando se ha sacrificado por otros. Cuando uno piensa en esas personas que se han sacrificado por nosotros, que han dado la vida por nosotros decimos, este es un grande, esta persona vale, esta persona tiene una dimensión de valor que otras personas no tienen, porque se ha sacrificado por mí.

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Como cada Día del Periodista, 7 de junio, el obispo diocesano invito a la Misa a los trabajadores de la prensa

Por eso el valor de una madre, el valor de un padre que dan la vida por nosotros son valores, son deudas impagables. De hecho, el hijo adquiere una deuda impagable con sus padres por todo lo que significó el sacrificio y la entrega en su crianza, en su conducción, en su guía. Al contemplar a Jesucristo crucificado con un corazón atravesado, hasta el último minuto Él está derramando su vida por nosotros. Lo que brota de Él sangre y agua, que es el signo de los sacramentos de la iglesia que se prolonga en la historia, que tiene que ver con esto de seguir dando vida, de seguir comunicando vida. Algún psicólogo cuando quiso definir la madurez humana, estableció que comienza no por la edad de la persona, sino por su actitud y la actitud que define a una persona madura es su generatividad, es decir, da la vida, la acompaña, la cuida, la multiplica.

La vida que se nos ha dado, que se nos ha comunicado, necesita ser cuidada. Y una sociedad que no cuida la vida de sus hijos es una sociedad inmadura y una sociedad que va a privilegiar el beneficio del presente, el bienestar, la tranquilidad, el no sacrificarme con tal de no postergar éxitos o alcanzar objetivos que tienen que ver con la realización humana pero que no son fundamentales. Por eso es tan preocupante cuando vemos a la sociedad que se está vaciando de seres humanos, sociedades enteras que ya no tienen niños porque no valoran la vida, porque no la quieren asumir, porque no quieren trabajar por ese amor que educa, que edifica a la persona.

En este día nosotros también queremos dar gracias a Dios por nuestros periodistas, por aquellas personas que tienen esta vocación sublime de servir de nexo entre la realidad y la conciencia del pueblo. Un periodista no solo informa sino también da forma a la información. Comunicar no es simplemente decir de una manera cruda de los acontecimientos sino ponderar la noticia rescatando lo más valioso de la noticia y resaltando aquello que tiene valor. No es solamente descubrir o desnudar una realidad cruda, difícil que nos toca vivir sino sobre todo ayudarnos a entender en profundidad cuáles son las causas de los acontecimientos históricos que nos toca vivir. Ponderar, reflexionar, forma parte de aquel que recibe la noticia, la discierne, la pondera antes de comunicarla. Que el Señor nos ayude para que, con un corazón purificado, un corazón entregado, seamos capaces de dar la vida y acompañar a aquellos que viven a nuestro lado.

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