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Padre Fabián Brito: “Muchas familias tienen la Biblia por ahí guardada en algún lugar o de adorno, pero no la lee, no la comparte, no la guarda en el corazón”

El Vicario Diocesano, Pbro. Fabián Brito, invitó a los fieles a profundizar su relación con la Biblia, especialmente durante el mes de la Biblia, promoviendo la lectura y la proclamación de la palabra de Dios.

RELIGION 08 de septiembre de 2024Vientos Tucumanos NoticiasVientos Tucumanos Noticias
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Padre Fabián Brito: "Durante el mes de la Biblia, promovemos la lectura y la proclamación de la palabra de Dios"

El Vicario de la Diócesis de la Santísima Concepción, Pbro. Fabián Brito, invitó a los fieles a profundizar su relación con la Biblia, especialmente durante el mes de la Biblia, promoviendo la lectura y la proclamación de la palabra de Dios. La celebración de la eucaristía tuvo lugar en la Iglesia Catedral, en Concepción. 

HOMILÍA: 

La palabra en este domingo nos trae esta curación milagrosa de este sordo mudo. Lo primero que es bueno que destaquemos es como el Evangelio en primer lugar precisa el lugar donde esto sucede. Si nosotros nos detenemos y miramos un poquito la geografía del país de Jesús, ahí estaban habitados paganos y los judíos que ahí habitaban tenían una fe un tanto supersticiosa, así atravesada también por la fe de los paganos. Debía purificarse también esta fe. Y seguramente el sordo mudo al que Jesús va a curar también es pagano. 

Vemos nosotros ahí que el sordo mudo curado por Jesús, pero no hace referencia solamente a una persona que padece esta dificultad, que tiene este problema, sino la Biblia sobre el sordo mudo hace referencia al pueblo de Dios, que, a lo largo de la historia, en muchas ocasiones, no escuchaba la voz de Dios, no escuchaba su palabra, seguía sus propios caminos, se alejaba de Dios. Esto que nosotros lo decimos habitualmente, nuestro dicho popular, no hay peor sordo que el que no quiere oír. El pueblo de Dios era sordo no porque no pudiera oír, sino porque no quería escuchar la voz de Dios. No la guardaba en el corazón y tampoco daba una respuesta a la voluntad y a la palabra de Dios que se le acercaba. 

biblia 2El Vicario de la Diócesis de la Santísima Concepción, Pbro. Fabián Brito

El hecho de que el Señor venga y cure a un sordo mudo era mostrar que Él viene a curar al hombre, a su pueblo, para que pueda tener esa predisposición necesaria para poder escuchar su palabra, para poder dar una respuesta a la palabra de Dios, creyendo en esa palabra y viviendo esa palabra. Nosotros notamos otros detalles que aparecen ahí. Vemos cómo Jesús lo aparta al sordo mudo, le va a poner sus dedos en sus oídos, va a poner su saliva en la boca del sordo mudo, va a mirar al cielo y va a tener esa expresión, éfeta, ábrete, y así se le suelta la lengua al mudo, se abre sus oídos, comienza a proclamar la palabra. 

¿Por qué nos llama la atención esto? Porque Jesús en otras ocasiones hizo un milagro simplemente con desearlo, con quererlo. En otras ocasiones simplemente lo dijo y sucedió lo que decía. ¿Por qué hizo todos estos gestos? Esta es la imagen de lo que Dios hace para salvarnos, ¿no? Podía habernos salvado desde la eternidad a nosotros y curarnos de nuestros pecados y todos nuestros males, pero Él quiso acercarse a hacerse hombre, vivir como nosotros y con nosotros y así poder ofrecernos la salvación. El gesto de la cercanía de Dios es un gesto muy importante en nuestra fe, pero también exige de nosotros cierta cercanía y cierta apertura. Dios hace todo esto para salvarnos, para acercarnos su palabra, pero nosotros tenemos que dejarnos abrazar por esa cercanía de Dios, nosotros somos quienes tenemos que abrir nuestro corazón a la palabra que Dios nos acerca. A todos nos pasa que podemos escuchar la palabra en muchas ocasiones y listos, la oímos solo con los oídos, pero no la guardamos en el corazón y mucho menos damos una respuesta a esa palabra. 

bibliaSe invitó a los fieles a profundizar su relación con la Biblia, especialmente durante el mes de la Biblia, promoviendo la lectura y la proclamación de la palabra de Dios

Nosotros los domingos cuando compartimos la misa, por lo general no son textos nuevos, son los textos que a lo largo de tres años la iglesia proclama, pero la verdad es que no siempre estamos atentos a esa palabra. Nosotros cuando somos bautizados el sacerdote, el ministro, va a hacer una cruz en nuestros oídos y en nuestros labios y dice esta palabra, éfeta, y desde ese momento todos tenemos la capacidad para escuchar la palabra para que escuchándola también podamos dar una respuesta. 

Nosotros hoy estamos iniciando formalmente el mes de la Biblia, la Biblia el libro de la palabra de Dios, la hemos entronizado aquí, la hemos leído solemnemente a esta palabra y es bueno que nosotros nos propongamos a lo largo de este mes también cultivar nuestra fe, cultivando nuestro vínculo con la palabra de Dios. Es bueno que todos nos animemos a leer la palabra, el evangelio del día diariamente, nos va a hacer mucho bien. Lamentablemente todos los cristianos somos los que menos vínculo con la palabra tenemos. Si preguntamos a algún hermano separado de alguna comunidad cristiana para ello es central la palabra de Dios. Para nosotros no siempre ha sido central, no siempre nos hemos vinculado con la palabra leyéndola. 

Muchas familias tienen la Biblia y la tienen por ahí guardada en algún lugar o alguno hasta de adorno, pero no la lee, no la comparte, no la guarda en el corazón. La primera propuesta sería esta que procuremos tener un vínculo con la palabra, el que tiene Biblia, la familia que tiene Biblia es bueno que pueda leer el evangelio, al menos el evangelio del domingo. Y además también yo los quiero invitar a que podamos nosotros animarnos a cultivar también esa vocación de proclamar la palabra y proclamarla aquí en la misa. Yo les invitaba a algunas comunidades en las que hoy he participado y compartido la Eucaristía a que nos animemos todos a proclamar la palabra. Es muy triste ver que en las misas de nuestras comunidades siempre leen las mismas personas, eso nos muestra que tal vez no somos una comunidad abierta que no da participación, por eso es lindo que nos animemos a hacerlo. La inmensa mayoría de nuestra gente es instruida, sabe leer, pero no siempre se anima a proclamar la palabra y hay que animarnos a eso también. 

biblia 1El sacerdote invitó a pedir la intercesión de la Virgen María para abrir el corazón a la palabra de Dios y mejorar nuestra comunicación interpersonal

También ese es un servicio que podemos prestar en la comunidad cristiana, nuestro vínculo con la palabra de Dios. Pero además este evangelio de hoy nos puede proponer otras cosas. En primer lugar, naturalmente entendemos que el sordomudo tiene dificultades para comunicarse y es bueno partir de ahí para pensar cómo es nuestra comunicación. Es cierto que nosotros estamos muy avanzados en la tecnología de la comunicación, lo cual no quiere decir que nos comuniquemos bien, no quiere decir eso. Todos tenemos posibilidades de tener un celular, tenemos grupo de Whatsapp, pertenecemos a muchos grupos y no lo sabemos usar bien, siempre ahí es donde surgen desencuentros, malos entendidos. Habría que discernir cómo nos comunicamos. Es bueno saber y reconocer que para comunicarnos bien lo primero que tenemos que hacer es escucharnos y escucharnos atentamente, no solamente oír palabras, escuchar, mirar al que nos habla, intuir lo que siente, lo que me quiere decir más allá de sus palabras, así vamos a poder recibirnos bien. 

Pero luego también a la hora de hablar es muy importante que expresemos lo que nos pasa, lo que sentimos. Es particularmente peligroso cuando alguien no habla, particularmente peligroso cuando alguien no se expresa. Tenemos que buscar maneras de cultivar esa capacidad de escucharnos y de expresarnos, expresar lo que sentimos. Esto no es algo que no lo miremos si uno vive en una familia, que se reúne a compartir el almuerzo, la cena o lo que fuere, sabemos que cada uno se sienta con su celular, no hay comunicación necesariamente por estar juntos. El Papa Pablo VI cuando quería hablar del diálogo en la Iglesia decía que en muchas ocasiones somos una multitud de soledades, personas que no se comunican, viven ensimismados, no son recibidos por otros. Es bueno que nos propongamos cultivar el diálogo, cultivar la actitud de escucha, la posibilidad de expresarnos en este tiempo, en esta semana como familia, también como comunidad cristiana. 

Así nosotros vamos a ir teniendo mayor salud de nuestros vínculos, nuestros vínculos sociales, una mayor salud. A veces tenemos vínculos enfermizos, enfermos, justamente porque no nos escuchamos, porque no expresamos lo que sentimos y por lo tanto no nos entendemos, se crea falta de comunión entre nosotros. Vamos a pedirle hoy a Nuestra Madre la Virgen en este 8 de septiembre, día en que celebramos la memoria mensual y también el nacimiento de María, que ella pueda interceder por nosotros, no solamente para que podamos estar abiertos a la palabra de Dios y podamos dar una respuesta de fe a esa palabra, sino además también para que cultivemos un sano diálogo, una sana comunicación entre nosotros y así también mejorar nuestros vínculos sociales, humanos y familiares. 

 

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