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Más de medio millón de tucumanos necesitan la ayuda del Estado para alimentarse

La Provincia ya destinó más de $52.000 millones a políticas alimentarias, que incluyen comedores escolares, cocinas comunitarias, la tarjeta Alimentar Independencia y asistencia a personas con celiaquía.

SOCIEDAD14 de julio de 2025Vientos Tucumanos NoticiasVientos Tucumanos Noticias
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Foto / Ministerio de Desarrollo Social de Tucumán

La crisis económica, el alto nivel de empleo informal y una pobreza persistente han llevado a que más de medio millón de tucumanos dependan del Estado para poder alimentarse. Según un informe oficial del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia, 550.000 personas reciben asistencia a través de distintos programas gestionados por esa repartición.

Entre enero y junio de 2025, el Gobierno de Osvaldo Jaldo destinó más de $52.000 millones a políticas alimentarias, que incluyen comedores escolares, cocinas comunitarias, la tarjeta Alimentar Independencia y asistencia a personas con celiaquía. “Esta inversión busca garantizar la seguridad alimentaria de la población vulnerable y promover hábitos de vida saludables a través de diversas estrategias programáticas”, señala el informe oficial.

El ministro de Desarrollo Social, Federico Masso, explicó que esta política fue una respuesta al panorama advertido desde el inicio de la gestión de Osvaldo Jaldo. “Nosotros hemos advertido este escenario el 29 de octubre (de 2023, cuando se renovó la gestión). A partir de eso, hemos decidido llevar adelante esta inversión en políticas alimentarias. Y hay que preguntarse qué habría sucedido si no lo hubiéramos hecho”, planteó.

IMG_0659Foto / Ministerio de Desarrollo Social de Tucumán 

El aumento del presupuesto alimentario fue clave para atender una pobreza estructural estimada en el 30%. Masso destacó que, por ejemplo, la ración en comedores infantiles pasó de $200 a $1.500, lo que implica un incremento por encima de la inflación. Esta mejora, según explicó, funcionó como “un dique de contención” frente al agravamiento de la situación social.

Desde los sectores comunitarios también se hace visible el impacto. “Cada día llega más gente, tanto a comedores como a merenderos. También a los albergues”, advirtió Mery Anastacio, del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), que gestiona más de 14 centros comunitarios en Tucumán. “Y nada, pero absolutamente nada es suficiente”, agregó.

Cristina Selman, del Movimiento Argentino en Redes Comunitarias (MARC), coincidió: “La ayuda que llega a través del Ministerio de Desarrollo Social permite que las familias compren carne, verduras y alguna mercadería. Y si bien no alcanza para todo, es muy importante para quien no tiene”.

El estudio también menciona que los programas nacionales —como la AUH, las becas Progresar o el plan Volver al Trabajo— actúan como complemento, pero no logran sacar a las familias de la línea de pobreza. A nivel local, la Tarjeta Alimentaria Independencia ha sido una respuesta para cerrar esa brecha, aunque aún insuficiente ante el deterioro social.

Mientras tanto, el Gobierno de Tucumán mantiene activos programas durante todo el año, incluso en recesos escolares, y articula medidas específicas para poblaciones con necesidades particulares, como el plan de celiaquía. Las autoridades insisten en que no se trata solo de contener la demanda alimentaria, sino de mejorar la calidad nutricional y promover hábitos saludables.

En un contexto donde la inflación cede, pero los precios siguen lejos del poder de compra real, Tucumán enfrenta uno de sus desafíos más urgentes: garantizar el derecho básico a la alimentación para una población que, cada vez más, necesita del Estado para subsistir.

Fuente: La Gaceta

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